jueves, 13 de julio de 2017

Gestión para el subdesarrollo o la historia de la investigación universitaria venezolana

Por Gladys E. Guevara

Por uno de esos avatares propios del proceso político venezolano de estos últimos años, he compartido algunas experiencias en materia de políticas universitarias para el desarrollo de la investigación. Se trata, sin duda alguna, de una situación fortuita, por cuanto estas experiencias no han sido producto de mi adscripción formal a ninguna institución; y por el contrario, han surgido por mi continua inclinación al desarrollo de una cultura de resistencia a la dinámica adormecedora que ha prevalecido en las instituciones académicas. Jamás he sido convocada a participar formalmente en la activación de equipos de investigación académica que reviertan el estado deficitario en el cual se encuentra este subnivel de la educación venezolana. Mi experiencia ha sido siempre como voluntaria, y por supuesto, nunca me ha reportado ningún tipo de contraprestación de carácter económico o alguna satisfacción por el impulso real y exitoso de alguna política innovadora en materia de formación en y para la investigación.

Tal fue el caso de la experiencia del Programa Nacional de Formación de Educadores de la Misión Sucre, diseñado por el sociólogo Luis Eduardo Leal, el cual hubiese cumplido el pasado 27 de junio de este año, trece años, a no ser por la acción arteramente sistemática de distorsión y desmoronamiento que cumplieron los asesores cubanos en el país, conjuntamente con el burocratismo ministerial con Samuel Moncada a la cabeza, y a su diestra el tristemente recordado, viceministro de políticas académicas Andrés Eloy Ruiz.

La llamada «transformación universitaria» no era más que un recurso retórico para incorporar un significativo número de personas a la educación universitaria, bajo un mecanismo de estudio que declarativamente se anunciaba como innovador, pero que en la práctica no sólo repetía las mismas disfunciones aberrantes de las universidades tradicionales, sino que descuidaba incluso el conocimiento académico celosamente resguardado por estas casas de estudios, y que en el mejor de los casos, confería cierto grado de competencias operativas a los profesionales de la docencia.

A ciento cuarenta y siete años del decreto de instrucción pública y gratuita promulgado por Guzmán Blanco, y a trece años de la fallida experiencia de activación de un programa de formación auténticamente innovador, vuelvo a encontrarme azarosamente frente a la misma realidad: la lucha extenuante por impulsar procesos autogestionarios en materia del desarrollo científico, tecnológico e innovaciones.

Ahora el llamado “proceso político bolivariano” decreta la formación de universidades politécnicas territoriales y adscribe a ellas el aprendizaje por proyectos académicos y de vinculación social. Y la dinámica perversa de la cultura del manual de metodología, vuelve a convertir la experiencia en una rutinaria actividad escolar que lejos de satisfacer los procesos de vinculación social, se convierte en amargas y aburridas tareas de enseñanza-aprendizaje, cuyo colofón siempre es la entrega del cartón que te certifica para engrosar la mano de obra barata que alimenta al sistema y perpetúa el dominio de una clase por otra; y en consecuencia, la esclavitud humana.

Pero esa realidad no alcanza el entendimiento del burocratismo que ha crecido a la sombra de la educación universitaria de las UPT, y nuestro papel hoy es arrebatarle a esa casta, el control que actualmente tiene sobre este ámbito de desarrollo de nuestras sociedades. Enfrentamos hoy el compromiso de crear un centro de investigación científica, tecnológica y de innovación en la Universidad Politécnica Territorial de Los Altos Mirandinos “Cecilio Acosta”.

Para ello, partimos de ser conscientes de que toda unidad de investigación y postgrado adscrita a un centro educativo universitario se encuentra vinculada a una estructura organizacional que obstaculiza el desarrollo de acciones efectivas. De allí que pensar en su autonomía en el marco de sociedades tercermundistas, resulta ser una tarea infructuosa.

Las llamadas UPT nacen con un mal congénito: una estructura organizacional jerárquica constituida por individuos que no poseen las competencias necesarias para desempeñar las funciones que tienen asignadas: decisiones de carácter político-partidista envían al cesto de la basura la llamada gestión del talento en las organizaciones, y enquistan en cargos burocráticos a una pléyade academicista, quienes desprovistos de una formación con estricto apego a lo académico, sólo se esfuerzan en aparentar sapiencia y complacer a una audiencia que garantiza su permanencia en algún cargo público universitario.

La historia se repite en cada casa de estudios, aunque varíen los operadores y el anecdotario con el cual se interrelaciona la comunidad universitaria: grupos de estudiantes se arrostran la “representatividad” o “vocería” estudiantil, términos equivalentes en la práctica, aunque discursivamente se planteen como distintos. Los mal llamados “líderes estudiantiles” negocian con las autoridades algunas conquistas que benefician a un pequeño número de estudiantes, mientras ellos conservan y consolidan «el poder» para alcanzar beneficios personales y favorecer a una élite de zánganos que perpetúan su presencia durante luengos años en los centros universitarios.

Igual «suerte» corren los gremios obreros, administrativos y docentes, cooptados para “forcejear” o fingir el forcejeo con el patrón y arrebatarle uno que otro mendrugo para el personal; mientras ellos pueden seguir usufructuando de prebendas y venalidades.

Lo que se discute en las “nuevas” universidades politécnicas territoriales, son cuotas de poder. El problema es social. La humanidad avanza en conquistas políticas, pero no avanza en la conquista honesta de lo social.

Y mientras, para distraer y complacer a la audiencia, seguirán los operadores de la investigación universitaria, auspiciando la «neolengua» anunciada en la ficción orwelliana. Hablarán de gestión del talento, gestión por proyectos de investigación, gestión del conocimiento, diseños organizacionales horizontales, “nuevos horizontes epistemológicos”… mientras el aparato productivo del país se paraliza y la población entera atraviesa un proceso de pauperización acelerado.

El burocratismo universitario se cobija en la opacidad del lenguaje. Evita la claridad y la precisión. Rehúye la transparencia, alejándose con ello de la posibilidad de ser productores de conocimientos científicos, tecnológicos o innovadores. Es estéril, aunque paradójicamente sus operadores aprueben grados académicos y exhiban títulos postdoctorales. Se declaran «humanistas» desde lo sensiblero y sentimental, mientras desconocen e impiden el desarrollo de ideas, creencias y valores distintos a los del grupo de poder que consagra su permanencia en los cargos.

Los burócratas universitarios jamás entenderán que “inteligencia” no es “astucia”, que la inteligencia se vincula con una lógica de razonamiento, con creatividad, con sentido crítico, con inconformidad y rebeldía. Y para hacer de la inteligencia un proceso “perfectible”, nuestras sociedades colonizadas necesitan la explicación clara de su devenir histórico–social. Tal como muy bien lo señaló en su momento Eduardo Galeano: llegamos tarde en la repartición del mundo. Formamos parte del botín. Por ello, la activación de la producción y el crecimiento económico del país sólo es posible a la par del desarrollo pleno de la complejidad humana en su dimensión artística y cultural.

Ninguna autoridad universitaria de las llamadas universidades politécnicas territoriales comprende que jamás podremos lograr un desarrollo “soberano”, “endógeno”, “territorializado”, “sustentable”, “científico”, “técnico”, “innovador”… si no apostamos a lo mejor del ser humano: su inteligencia, la cual, según Bruner, se cimenta en gran medida en la internalización de tecnologías producidas por la cultura en la cual nos formamos. Y es necesario agregar que este proceso de interiorización de instrumentos de desarrollo de la cognición humana, debe ocurrir desde la producción de conocimientos propios, sin calco ni copia de los países industrializados, ni bajo la imposición de diseños curriculares ajenos a procesos de investigación sobre la naturaleza y potencialidades de nuestros entornos sociales. No hay recetas. Hay que confiar en nosotros mismos, y en nuestras habilidades para ir desarrollando las fases del proceso de producción del conocimiento científico.

¿Habremos de intentarlo? ¿O seguiremos atados al recetario importado?


martes, 2 de mayo de 2017

Editorial Investigación Revista Nº 16

Raysa Vásquez de Parra
 Gladys Guevara



Una vez más el Consejo Editorial de Investigación Revista  se viste de gala para presentar un nuevo número que viene a engrosar la fila de publicaciones que histórica y tradicionalmente ha realizado nuestra editorial en sus 15 años de edición.

Este número, sin proponérselo el consejo editorial tiene una tendencia filosófica marcada, ya que se inscriben en este volumen temas circunscritos al ámbito educativo, en su totalidad, y en su mayoría, con una connotación ciertamente filosófica que da origen a profundas reflexiones sobre el quehacer y el devenir de la educación universitaria, porque es desde este escenario social, que deben los autores y autoras, así como los actores y actoras, liderar los procesos sociales, problematizar la realidad, para asumirlos como grandes temas y contenidos curriculares, cuyas soluciones desde el aula, den respuesta a las necesidades y carencias de nuestras comunidades territoriales.

Este producto investigativo, el número 16, es el primer volumen que se edita en la gestión del profesor Harold Albornoz y el segundo, que corresponde al número 17, será una edición especial exclusiva de nuestros profesores,  investigando, sistematizando y socializando sobre la cotidianidad de su práctica pedagógica. Viene una próxima edición especial, el número 18, para dar respuesta a las solicitudes de nuevos actores que desean compartir con los lectores y lectoras sobre su día a día en el acontecer universitario.

Quiero destacar en esta edición el apoyo sostenido y esencial para la escritura de este mensaje editorial de la profesora Gladys Guevara, a quién le doy el honor y mérito) de presentar a nuestros articulistas y de enriquecer este discurso con ideas, que son una muestra de su maestría lingüística y saber filosófico y epistemológico de nuestra realidad universitaria.

Cabe resaltar, por ello, que cuando asumimos la responsabilidad de escribir la editorial de un órgano divulgativo, estamos, a la vez cerrando un compromiso con los lectores y lectoras de hacer agradable la lectura de su contenido y esto supone la reflexión acerca de que todo proceso transformador reclama testigos de excepción que den fe de sus cambios, y que al mismo tiempo sean ellos elementos impulsores del natural dinamismo que caracteriza la búsqueda del conocimiento. No podría entonces sino convertirse las páginas de nuestra Investigación Revista, para conocer y transformar, en testimonio de un proceso de renovación de todo nuestro colectivo educativo, hacia contextos de carácter crítico, emancipadores y colaborativos, como características estrictamente universitarias.

Y es que el Colegio Universitario de Los Teques Cecilio Acosta, no renuncia a la voz de su epónimo, quien insufla vida para el renacer de la nueva y  próxima Universidad Politécnica Territorial de Los Altos Mirandinos Cecilio Acosta, la cual germinará con sus ideas, que le darán vida a un sueño, al sueño de un hombre (Cecilio Acosta), que se concreta a poco más de centuria y media, como es el de formar hombres útiles a sí mismos y a su entorno, ideas que se traducen hoy en la formación de una ciudadanía corresponsable con los problemas del territorio, he allí la vigencia de sus ideas.

¿Es posible que ni el martillo del tiempo haya podido hacer polvo ese sistema, y que se le hayan sacrificado tantos talentos? Si el mundo truena, muge como una tormenta con el torbellino del trabajo, si los canales de la riqueza rebosan en artefactos, si todos los hombres tienen derechos, ¿por qué no desaristoteliza (cuesta trabajo hasta decirlo) la enseñanza?[i]
Y ese es hoy, precisamente, el propósito que reúne los trabajos académicos de algunos colaboradores de nuestro entorno institucional y de comunidades universitarias hermanas, que comparten con nosotros esta experiencia de transitar la transformación de Colegio Universitario a Universidad Politécnica Territorial  (UPT). Estas nuevas universidades, se  erigen con una concepción educativa socialista y revolucionaria, en la que predomina el análisis  e interpretación crítica de la realidad para dar soluciones a los problemas del territorio, la formación universitaria integral del ciudadano que requiere la Patria,  el rescate de nuestra soberanía; ello implica volver a pensar y reconstruir la universidad y el conocimiento que ella genera, desde lo esencialmente humano y humanizante, desde lo histórico y cultural, es decir lo social. Repensar la universidad como espacio de vida y para la vida, que no es otra cosa que encontrar el verdadero sentido del quehacer  de la ciencia, la tecnología y la sociedad.

Por ello los alegatos de Cecilio Acosta en favor de la técnica, la capacitación en los medios y en los métodos más novedosos, la necesidad apremiante de abordar realidades cercanas y abandonar la retórica, encuentran espacios en el estudio de la Licenciada Gabriela Milá de la Roca C., en su Propuesta de acciones para el aprovechamiento del Hotel Humboldt y la diversificación de la oferta turística del Parque Nacional Waraira Repano, a quien recibimos en nuestra revista, con pleno reconocimiento de sus aportes científicos y prácticos a una problemática real que nos preocupa y de la cual ella se ocupa en este espacio.

En este artículo científico la autora reporta el desarrollo de una sencilla investigación de campo, de carácter empírico-inductivo, la cual emplea diferentes técnicas de recolección de datos orientadas a la búsqueda de factores que pudieran coadyuvar en el diseño de planes de acción, en el marco de una actividad turística responsable y sustentable, para el aprovechamiento de las estructuras del Hotel Humboldt, ubicado en el Parque Nacional Guaraira Repano. Las conclusiones a las que arriba la investigadora, no sólo constituyen un conjunto de propuestas que deberían ser incorporadas en la discusión de las políticas ambientalistas que el Estado venezolano ha venido implementado en este espacio histórico de la ciudad capital, sino que pudieran formar parte de un Programa de Investigación que reuniera la producción de proyectos de carácter contrastivo (proyectos factibles, según Manual de Trabajos de Grado de Especialización y Maestría y Tesis Doctorales[ii]) de acuerdo a las diferentes perspectivas de investigación, destinados a la superación de situaciones problemáticas de carácter fáctico, del mismo tenor e importancia socio-ambiental que reviste la investigación de la Licenciada  Gabriela Milá de la Roca, del Colegio Universitario Prof. José Lorenzo Pérez Rodríguez.

Y en justa consideración del elemento pedagógico, observado desde perspectivas de investigación fenomenológicas, las cuales asumen el conocimiento científico como interpretaciones de realidades aprehendidas a través de la conciencia subjetiva, nuestra Investigación, Revista da cabida a tres trabajos académicos, dos de los cuales pertenecen a docentes investigadores de  nuestra comunidad universitaria.

Como una muestra de su experiencia y de su sensibilidad ante un tema de grandes controversias en el escenario universitario que nos lleva a profundas reflexiones, se presenta a la profesora Carmen Consuelo López, quién, con base en prácticas educativas dialógicas y asumiendo una visión positiva del proceso de mediatización que sufre el objeto de conocimiento a partir de un determinado sistema de enseñanza, indaga sobre los rasgos que pudieran ser gestores de un modelo educativo de carácter integrativo. En su artículo Caracterización de una didáctica universitaria conversora del conocimiento: construcción de un modelo integrativo desde la dialogicidad y transposición didáctica, la autora presenta un estudio descriptivo y documental que parte de un fenómeno ampliamente estudiado en el campo pedagógico: la transposición didáctica. En tal sentido, y con base en el método de interpretación hermenéutica y la técnica de recolección de información, identifica algunos aportes ontológicos y epistémicos como fundamento de un modelo de la didáctica universitaria, en la cual el educador desarrolle habilidades como “traductor”,  es decir, se convierta en un comunicador eficiente de la información científica.

Cabe destacar en esta línea fenomenológica, el trabajo académico de la Dra. Raysa Vásquez de Parra, titulado La orientación universitaria: Fundamento ontoepistémico en la construcción de una cultura de paz y convivencia. Esta investigadora, bajo la modalidad del género ensayístico, formula una reflexión crítica en torno a la necesidad de plantear la orientación educativa como un paradigma dentro de la enseñanza universitaria. El término “paradigma” alude, en este caso, a la noción de perspectiva de orden curricular, y no en el sentido de sustitución de teorías científicas, como fue definido por Kuhn (1974) [iii]. La autora sostiene, con base en interpretaciones y experiencias vivenciales, que la orientación es una disciplina indispensable en la formación integral de todo profesional, y además, una herramienta pedagógica en el  fortalecimiento de una cultura de paz, actuando directamente sobre los colectivos sociales. La situación problemática de fondo formulada por la Dra. Vásquez de Parra,  podría constituirse en una Línea de Investigación, la cual sería susceptible de ser abordada impecablemente a través de enfoques fenomenológicos, con posturas epistémicas de la teoría crítica, que dan cabida a los procesos emancipadores en la transformación de la sociedad, sin obviar las posibilidades de aquellos que se orientan hacia enfoques estrictamente empírico-inductivos y racionalistas. Y dentro de cada uno de ellos, se abren ingentes posibilidades de estudios interdisciplinarios desde la antropología cultural, la lingüística discursiva y la psicología cognitiva.

Asimismo, y empleando la sistematización de experiencias educativas como método, la profa. Ruth Rebeca Rubio N. se plantea el tema sobre el fortalecimiento de la investigación universitaria para dar respuestas a las necesidades reales del entorno. En su trabajo El fortalecimiento de la investigación a través del abordaje inter y transdisciplinario de proyectos socio-educativos y/o productivos impulsados desde las Líneas de Investigación, la autora formula −desde su experiencia− una revisión diacrónica de la práctica educativa, para establecer un contraste con los cambios que desde las actuales instituciones rectoras, se consideran esenciales en el marco del proceso de transformación universitaria. Finalmente la profa Rubio esboza algunos rasgos fundamentales que deben exhibir los educadores universitarios para el diseño de una propuesta que coadyuve en el desarrollo de la investigación universitaria.

Y desde otra óptica investigativa, las Ingenieras Adriana Roshental y Rilsa Martínez, inscritas también en la temática educativa, realizan un estudio  en el marco de una línea de investigación empírico-inductiva, el cual emplea técnicas de investigación documental y recolección de datos para dar fe del estado actual del arte en materia de incorporación de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) como recurso de apoyo educativo en el Colegio Universitario de Los Teques “Cecilio Acosta”, con miras a la generación de un modelo pedagógico presencial que considere un desarrollo educativo significativo, bajo el criterio de calidad educativa, no sólo para el logro de indicadores de logro en materia de cumplimiento de procesos académicos, sino también para la activación de la innovación educativa y la creación intelectual. Su trabajo Educación presencial o virtual ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos?, constituye un aporte en una primera fase de investigación de carácter descriptivo, que de seguro requerirá mayores formulaciones en futuras investigaciones, para avanzar hacia estudios de carácter explicativo, contrastivo y de aplicación, los cuales, de llevarse a feliz término, dinamizarán efectivamente cambios en la gestión universitaria.

Finalmente y también dentro del marco de la temática educativa, la profa Gladys E. Guevara completa el espectro epistemológico de la investigación en nuestra comunidad de investigadores, produciendo un estudio en el marco de la perspectiva racionalista. Se trata de un artículo científico, La publicidad y la formación de estereotipos en los adolescentes y jóvenes venezolanos, en el cual la autora reporta los resultados de una investigación de carácter contrastivo, fundamentada en la Teoría General de la Acción, y más específicamente, en la Teoría del Texto; y empleando el análisis del discurso como herramienta teórica para el estudio del fenómeno publicitario. En el desarrollo de su trabajo investigativo  corrobora la hipótesis de la cual parte: el discurso retórico de la publicidad orienta su interés en la formación de estereotipos dirigidos fundamentalmente a grupos etarios vulnerables −en este caso al período de la adolescencia humana− con el propósito de promover la formación de representaciones sociales sujetas a esquemas de pensamiento poco flexibles y proclives al desarrollo de comportamientos altamente consumistas y discriminadores. Y en justa demanda de soluciones a la situación deficitaria que señala la profa. Guevara, ésta formula una propuesta didáctica enmarcada en una perspectiva cognitiva, que pudiera ser contextualizada en los distintos subniveles de la educación venezolana.

Estos adelantos investigativos, que de una u otra forma, sientan las bases de las preocupaciones temáticas y de los enfoques epistemológicos que actualmente se activan dentro de nuestra naciente comunidad de investigadores, hacen que  el Consejo Editorial de Investigación Revista para conocer y transformar, se sienta particularmente orgulloso, por lo que asumimos responsablemente el compromiso comunicacional que nos corresponde en este complejo y sostenido proceso de transformación y modernización universitaria.

Pretendemos que la lectura de esta edición, active el interés investigativo de otros miembros de nuestra comunidad universitaria, así como de otros invitados del entorno local, regional, nacional e internacional, que desean divulgar y socializar los resultados de sus estudios desde nuestra plataforma institucional; si esto se hace realidad,  no sólo habremos saldado una pequeña deuda con las preocupaciones educativas de nuestro Don Cecilio Acosta, sino que también habremos contribuido humildemente en el proceso de constitución de una verdadera y eficiente comunidad de investigadores en el ámbito de nuestra universidad  y el de otras, que junto a nosotros, aprenden y construyen con sus saberes y quehaceres, el verdadero concepto de una universidad inclusiva, que produce y gestiona conocimientos y saberes útiles,  desde lo local y con adecuación y pertinencia al contexto nacional, y por qué no, mundial.






[i] Acosta, Cecilio (1949). Doctrina. España: Artegrafía S.L.
[ii] Manual de Trabajos de Grado de Especialización y Maestría y Tesis Doctorales. (2002). Caracas: Fondo Editorial de la Universidad Pedagógica Libertador.
[iii] KUHN, T.S. (1974): Second Thoughts on Paradigms, en F. Supp edit. The Structure of Scientific Theories.






lunes, 1 de mayo de 2017

Descolonización académica e investigación en la Universidad Politécnica Territorial de Los Altos Mirandinos Cecilio Acosta


Profa Gladys E. Guevara

Ningún gobierno puede darse el lujo de crear instituciones que formen individuos críticos. Los Estados necesitan dar la apariencia de una gestión eficiente, al mismo tiempo que crean las condiciones y alimentan las disfunciones de sus propios aparatos de control y el de sus vecinos. No puede ser de otra forma, porque si así lo fuese… ¿para qué serviría ese invento de organización que promueve el control homogéneo de los ciudadanos, auspicia la separación por fronteras, fomenta los grupos aliados y enemigos, y el negocio de las guerras? Pero en la mente de la gran mayoría de las personas, subyace la idea de que el Estado es necesario; e incluso, dentro de los que se dicen profesar “ideas progresistas”, se mantiene el precepto de “tener  que lidiar con ese mal necesario”. Con un “por ahora” prolongado que desangra y pone en riesgo la existencia misma del género humano sobre la faz de la tierra.

Ahora bien, la historia de los Estados del llamado “tercer mundo” latinoamericano es otra, porque como decía Galeano, llegamos tarde a la repartición del mundo. Por nuestra vocación hedonista y silvestre, fuimos parte del botín de la conflagración mundial. Por eso nuestros Estados son simples sombras del Estado creado por otros pueblos más utilitaristas, quienes empleando nuestros recursos materiales y el de otros continentes saqueados como el africano se hicieron prósperos y pudieron  desarrollar su ciencia y su tecnología, logrando  la categoría de “primer mundo”.

Y para apoyar un poco esta última afirmación en torno a la relación entre las condiciones en las cuales se producen desarrollos cognitivos que permiten al ser humano  producir nuevos de conocimientos, y adicionalmente desarrollar una consciencia crítica, cito los estudios de un prestigioso investigador norteamericano, Bruner (1995), convencido estudioso de la perfectibilidad de la inteligencia humana, quien hasta los últimos momentos de su desaparición física, había venido reportando grandes hallazgos en esa materia:

Lo verdaderamente peculiar del hombre es que su desarrollo como individuo depende de la historia de su especie; no de la historia reflejada en los genes y los cromosomas, sino más bien en una cultura externa a los tejidos del organismo humano y de más amplio alcance de lo que pueda manifestar  la competencia de un solo hombre. Así pues, el desarrollo de la mente es, por fuerza, un desarrollo asistido siempre desde fuera. Y dado que una cultura, sobre todo si es avanzada, trasciende los límites de la competencia individual, las posibilidades de desarrollo individual son, por definición, mayores de lo que cualquiera persona aislada haya podido adquirir previamente. Y es que los límites del desarrollo dependen de cómo una cultura ayuda al individuo a servirse del potencial intelectual de que está dotado. p.160


     
       En este punto de la reflexión interesa destacar la naturaleza de las instituciones que heredamos como pueblos colonizados: la familia, la iglesia, la escuela, la sociedad… Pero muy particularmente… ¡el lenguaje! Indicador inequívoco de formas particulares de percepción de la realidad y de pensamiento. Todo impuesto. Todo elaborado para ser “aprendido” y sin derecho a discusión, porque los dominadores de entonces ¡y también los de ahora! desdeñaron nuestra cultura originaria hasta llevarla al borde del exterminio, para imponer la propia.

     Por ello y en virtud de nuestros procesos históricos, arrastramos el síndrome típico de cualquier pueblo colonizado: destruida casi totalmente la raíz, desdeñamos subrepticia o abiertamente nuestra extracción indígena o negroide y ensalzamos o magnificamos el aporte europeo. Consagramos la escuela y la religión europea, y nos sentimos desconcertados ante los avances científico-tecnológicos de los pueblos del primer mundo, acusándonos a nosotros mismos de “lentos” o de “flojos”. Y de nada vale que lo conversemos y seamos agudos críticos del fenómeno: en la intimidad de los deseos de muchos “nuestramericanos” se sueña y aspira que los hijos salgan de estos “contextos” y disfruten de la “calidad de vida” que creen han alcanzado  (¡en buena lid, piensan ellos!) otros pueblos del mundo, muy especialmente el norteamericano.

    Bolívar, el Libertador de pueblos, quien es, según criterios de la misma BBC de Londres, el personaje más importante del siglo XIX, ya que con sólo cuarenta y siete años cabalgó la distancia lineal de 65000 kilómetros para promover cuatrocientas setenta y dos batallas de liberación, participando directamente en setenta y nueve de ellas; liberó seis naciones, amén de producir noventa y dos proclamas y dos mil seiscientos treinta y dos cartas dictadas a secretarios en distintos idiomas, según cuentan… Ese Bolívar extraordinario: cuidaba esmeradamente la educación de su sobrino Fernando Bolívar, y por ello en 1822 lo mandó a estudiar a Europa.

       ¿Cuál podría ser, pues, la naturaleza de las universidades nacidas en estas tierras? ¿Cómo es su estructura y en qué medida reproduce los esquemas de pensamiento de los pueblos dominadores? Podría afirmarse, por la simple evidencia empírica, que en mayor o menor medida todos hemos vivido durante nuestra estadía en estos centros de estudio, que la universidad latinoamericana es una mala copia y un mal calco de las europeas: esta “universidad” no es un invento de nuestra talla, pero hacemos ingentes esfuerzos por parecer estar vestidos. Y lo cierto es que andamos desnudos, porque tal y como muy bien decía mi abuelita materna: “Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan”.

        Y esta realidad no pasó inadvertida para el profesor Julio Mosqueda, quien durante algunos años fungió como Subdirector Académico de la Universidad Politécnica Territorial de Los Altos Mirandinos “Cecilio Acosta”.  Conocedor de nuestra tendencia de colonizados a “copiar modas” y a proclamar como novedosas y “revolucionarias”, ideas provenientes de otras geografías, desdeñando las propias, el profesor se dio a la tarea de documentarse muy bien sobre el origen del aprendizaje por proyectos, y así publicó en la conocida web Aporrea.org un conjunto de escritos  desde el 28/10/2016 hasta 12/12/2016 bajo el título de: Sobre la enseñanza por proyectos. Al respecto, afirma:

…el método de proyecto, y algunas de sus variantes, se han introducido en nuestro país por influencias externas, al principio de ciertos países (por ejemplo, Francia) y más tarde de organismos multilaterales (por ejemplo el BID). La reciente propuesta del uso de proyectos en el Proyecto Liceo Bolivariano pareciera continuar con el discurso pedagógico de la EB y con elementos discursivos de la Revolución Bolivariana. Además, se nota en los pocos documentos disponibles una influencia de la Escuela Nueva. Además, la adopción del proyecto, tanto como instrumento de gestión como metodología de enseñanza, se ha llevado adelante sin ninguna resistencia de parte de profesores y maestros. (Sic).


      Llama sin embargo la atención que este funcionario público, el cual ocupó el cargo de Subdirector Académico del Colegio Universitario de Los Teques  durante por lo menos tres años, autor de esta interesante afirmación: "Todo sectarismo limita la imaginación", tampoco hizo resistencia alguna (más allá de la discursiva-declarativa) al modelo de enseñanza por proyectos, ni coadyuvó significativamente en su implementación eficiente en esta casa de estudios, a juzgar por los penosos resultados que ha arrojado esta forma de enseñanza-aprendizaje dentro de esta institución. Al respecto, la actual Subdirectora Académica, Dra, Raysa Vásquez (2015), señala:

…Generalmente la preocupación por la formación investigativa se centra en los docentes que administran unidades curriculares de Metodología de la Investigación y Proyecto en los Programas Nacionales de Formación. (PNF).

La enseñanza de la investigación en estas unidades curriculares se limita al aula, los profesores evidencian y manifiestan desconocimiento de cómo desarrollar el eje curricular proyecto, a pesar de que muchos han realizado estudios de postgrado no han desarrollado estas competencias, esto se debe, de acuerdo al estudio mencionado, a que la investigación no es parte de la cotidianidad académica. (Sic)


Curioso detalle: los profesores que ingresaron por concurso a la Uptamca, debían presentar como requisito de ingreso, los resultados de la implementación de un proyecto de carácter social, no obstante, según el diagnóstico al cual hace referencia la Dra. Vásquez, un número significativo de estos mismos profesores, manifiestan desconocimiento sobre cómo desarrollar el eje curricular Proyecto.

Por otra parte, y más allá de esa posible producción investigativa por proyectos que realizan los aspirantes a obtener título universitario en esa casa de estudios, es menester preguntarnos cuál es la perspectiva de producción investigativa de los profesores de la Universidad Politécnica Territorial de Los Altos Mirandinos Cecilio Acosta si existiera más allá de la producción individual resultante de sus propios trabajos de grados o tesis de doctorados,  y de la focalización de intereses en uno u otro tema determinado; y de existir la posibilidad de una comunidad investigativa, cuáles son los mecanismos institucionales que permitirían su organización y desarrollo en aras de la conformación de un centro de investigación universitario.

Ahora bien, creo que en forma inicial y antes de emprender la marcha, debemos darle respuesta a un significativo número de preguntas: ¿Persistirá el equívoco de imponer un solo método de aprendizaje y un solo enfoque investigativo a la producción de conocimientos de un centro de investigación de la Uptamca? ¿Seguiremos obedeciendo pasivamente desde la investigación y el postgrado a las “líneas” emanadas del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología el cual aspira convertir a los estudiantes de pregrado y postgrado en propulsores de soluciones cotidianas, sin proporcionarle un conocimiento claro sobre historia de la ciencia y todas las opciones epistemológicas que existen en la investigación? ¿Seguiremos prescribiendo y normando qué es y cómo se hace investigación? ¿Continuaremos asumiendo el proceso de investigación sólo como un proceso académico para conceder titulación profesional, al margen de las necesidades de conocimiento de nuestro contexto local, nacional y regional? ¿Por qué  el Proyecto Linred1 no impulsa a cabalidad una gestión programática eficaz que sea responsable de la identificación, desarrollo y solución de una gran red de problemas,  en las distintas áreas de conocimiento que administra la Uptamca? ¿Qué factores se asocian al éxito o fracaso de la actividad  de una comunidad de investigadores que aborden los problemas en redes, en distintos plazos temporales y bajo un sentido programático y un mercado de conocimientos previamente consensuado? ¿Cómo burlamos el burocratismo del Estado y a los burócratas académicos para producir conocimiento propio, fundamentado teóricamente, aplicable a nuestros contextos, y que pueda ser sistematizado para la transformación de la realidad de nuestras sociedades?

Invito a todos y cada uno de los profesores que hacen vida en esta casa de estudios a que de manera corresponsable, y con la pasión que debería caracterizar a cada académico  en el estudio integral de sus respectivas áreas de conocimiento, contribuyan a dar respuestas efectivas y eficientes a estas interrogantes. Yo doy un paso al frente.


Referencias

Bruner, J.  Desarrollo cognitivo y Educación. 2ª Ed. Madrid: Morata


____(2016) Sobre la enseñanza por proyectos. Disponible: https://www.aporrea.org/educacion/a236302.html [Consulta: 2017, Abril 29][


Vásquez, R., (2015) Gestión por Proyectos de la Investigación y el Postgrado en el Cultca. Primera aproximación a la sistematización de la experiencia. Informe de entrega Período 2012-2014. Universidad Politécnica Territorial de Los Altos Mirandinos Cecilio Acosta.