lunes, 1 de mayo de 2017

Descolonización académica e investigación en la Universidad Politécnica Territorial de Los Altos Mirandinos Cecilio Acosta


Profa Gladys E. Guevara

Ningún gobierno puede darse el lujo de crear instituciones que formen individuos críticos. Los Estados necesitan dar la apariencia de una gestión eficiente, al mismo tiempo que crean las condiciones y alimentan las disfunciones de sus propios aparatos de control y el de sus vecinos. No puede ser de otra forma, porque si así lo fuese… ¿para qué serviría ese invento de organización que promueve el control homogéneo de los ciudadanos, auspicia la separación por fronteras, fomenta los grupos aliados y enemigos, y el negocio de las guerras? Pero en la mente de la gran mayoría de las personas, subyace la idea de que el Estado es necesario; e incluso, dentro de los que se dicen profesar “ideas progresistas”, se mantiene el precepto de “tener  que lidiar con ese mal necesario”. Con un “por ahora” prolongado que desangra y pone en riesgo la existencia misma del género humano sobre la faz de la tierra.

Ahora bien, la historia de los Estados del llamado “tercer mundo” latinoamericano es otra, porque como decía Galeano, llegamos tarde a la repartición del mundo. Por nuestra vocación hedonista y silvestre, fuimos parte del botín de la conflagración mundial. Por eso nuestros Estados son simples sombras del Estado creado por otros pueblos más utilitaristas, quienes empleando nuestros recursos materiales y el de otros continentes saqueados como el africano se hicieron prósperos y pudieron  desarrollar su ciencia y su tecnología, logrando  la categoría de “primer mundo”.

Y para apoyar un poco esta última afirmación en torno a la relación entre las condiciones en las cuales se producen desarrollos cognitivos que permiten al ser humano  producir nuevos de conocimientos, y adicionalmente desarrollar una consciencia crítica, cito los estudios de un prestigioso investigador norteamericano, Bruner (1995), convencido estudioso de la perfectibilidad de la inteligencia humana, quien hasta los últimos momentos de su desaparición física, había venido reportando grandes hallazgos en esa materia:

Lo verdaderamente peculiar del hombre es que su desarrollo como individuo depende de la historia de su especie; no de la historia reflejada en los genes y los cromosomas, sino más bien en una cultura externa a los tejidos del organismo humano y de más amplio alcance de lo que pueda manifestar  la competencia de un solo hombre. Así pues, el desarrollo de la mente es, por fuerza, un desarrollo asistido siempre desde fuera. Y dado que una cultura, sobre todo si es avanzada, trasciende los límites de la competencia individual, las posibilidades de desarrollo individual son, por definición, mayores de lo que cualquiera persona aislada haya podido adquirir previamente. Y es que los límites del desarrollo dependen de cómo una cultura ayuda al individuo a servirse del potencial intelectual de que está dotado. p.160


     
       En este punto de la reflexión interesa destacar la naturaleza de las instituciones que heredamos como pueblos colonizados: la familia, la iglesia, la escuela, la sociedad… Pero muy particularmente… ¡el lenguaje! Indicador inequívoco de formas particulares de percepción de la realidad y de pensamiento. Todo impuesto. Todo elaborado para ser “aprendido” y sin derecho a discusión, porque los dominadores de entonces ¡y también los de ahora! desdeñaron nuestra cultura originaria hasta llevarla al borde del exterminio, para imponer la propia.

     Por ello y en virtud de nuestros procesos históricos, arrastramos el síndrome típico de cualquier pueblo colonizado: destruida casi totalmente la raíz, desdeñamos subrepticia o abiertamente nuestra extracción indígena o negroide y ensalzamos o magnificamos el aporte europeo. Consagramos la escuela y la religión europea, y nos sentimos desconcertados ante los avances científico-tecnológicos de los pueblos del primer mundo, acusándonos a nosotros mismos de “lentos” o de “flojos”. Y de nada vale que lo conversemos y seamos agudos críticos del fenómeno: en la intimidad de los deseos de muchos “nuestramericanos” se sueña y aspira que los hijos salgan de estos “contextos” y disfruten de la “calidad de vida” que creen han alcanzado  (¡en buena lid, piensan ellos!) otros pueblos del mundo, muy especialmente el norteamericano.

    Bolívar, el Libertador de pueblos, quien es, según criterios de la misma BBC de Londres, el personaje más importante del siglo XIX, ya que con sólo cuarenta y siete años cabalgó la distancia lineal de 65000 kilómetros para promover cuatrocientas setenta y dos batallas de liberación, participando directamente en setenta y nueve de ellas; liberó seis naciones, amén de producir noventa y dos proclamas y dos mil seiscientos treinta y dos cartas dictadas a secretarios en distintos idiomas, según cuentan… Ese Bolívar extraordinario: cuidaba esmeradamente la educación de su sobrino Fernando Bolívar, y por ello en 1822 lo mandó a estudiar a Europa.

       ¿Cuál podría ser, pues, la naturaleza de las universidades nacidas en estas tierras? ¿Cómo es su estructura y en qué medida reproduce los esquemas de pensamiento de los pueblos dominadores? Podría afirmarse, por la simple evidencia empírica, que en mayor o menor medida todos hemos vivido durante nuestra estadía en estos centros de estudio, que la universidad latinoamericana es una mala copia y un mal calco de las europeas: esta “universidad” no es un invento de nuestra talla, pero hacemos ingentes esfuerzos por parecer estar vestidos. Y lo cierto es que andamos desnudos, porque tal y como muy bien decía mi abuelita materna: “Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan”.

        Y esta realidad no pasó inadvertida para el profesor Julio Mosqueda, quien durante algunos años fungió como Subdirector Académico de la Universidad Politécnica Territorial de Los Altos Mirandinos “Cecilio Acosta”.  Conocedor de nuestra tendencia de colonizados a “copiar modas” y a proclamar como novedosas y “revolucionarias”, ideas provenientes de otras geografías, desdeñando las propias, el profesor se dio a la tarea de documentarse muy bien sobre el origen del aprendizaje por proyectos, y así publicó en la conocida web Aporrea.org un conjunto de escritos  desde el 28/10/2016 hasta 12/12/2016 bajo el título de: Sobre la enseñanza por proyectos. Al respecto, afirma:

…el método de proyecto, y algunas de sus variantes, se han introducido en nuestro país por influencias externas, al principio de ciertos países (por ejemplo, Francia) y más tarde de organismos multilaterales (por ejemplo el BID). La reciente propuesta del uso de proyectos en el Proyecto Liceo Bolivariano pareciera continuar con el discurso pedagógico de la EB y con elementos discursivos de la Revolución Bolivariana. Además, se nota en los pocos documentos disponibles una influencia de la Escuela Nueva. Además, la adopción del proyecto, tanto como instrumento de gestión como metodología de enseñanza, se ha llevado adelante sin ninguna resistencia de parte de profesores y maestros. (Sic).


      Llama sin embargo la atención que este funcionario público, el cual ocupó el cargo de Subdirector Académico del Colegio Universitario de Los Teques  durante por lo menos tres años, autor de esta interesante afirmación: "Todo sectarismo limita la imaginación", tampoco hizo resistencia alguna (más allá de la discursiva-declarativa) al modelo de enseñanza por proyectos, ni coadyuvó significativamente en su implementación eficiente en esta casa de estudios, a juzgar por los penosos resultados que ha arrojado esta forma de enseñanza-aprendizaje dentro de esta institución. Al respecto, la actual Subdirectora Académica, Dra, Raysa Vásquez (2015), señala:

…Generalmente la preocupación por la formación investigativa se centra en los docentes que administran unidades curriculares de Metodología de la Investigación y Proyecto en los Programas Nacionales de Formación. (PNF).

La enseñanza de la investigación en estas unidades curriculares se limita al aula, los profesores evidencian y manifiestan desconocimiento de cómo desarrollar el eje curricular proyecto, a pesar de que muchos han realizado estudios de postgrado no han desarrollado estas competencias, esto se debe, de acuerdo al estudio mencionado, a que la investigación no es parte de la cotidianidad académica. (Sic)


Curioso detalle: los profesores que ingresaron por concurso a la Uptamca, debían presentar como requisito de ingreso, los resultados de la implementación de un proyecto de carácter social, no obstante, según el diagnóstico al cual hace referencia la Dra. Vásquez, un número significativo de estos mismos profesores, manifiestan desconocimiento sobre cómo desarrollar el eje curricular Proyecto.

Por otra parte, y más allá de esa posible producción investigativa por proyectos que realizan los aspirantes a obtener título universitario en esa casa de estudios, es menester preguntarnos cuál es la perspectiva de producción investigativa de los profesores de la Universidad Politécnica Territorial de Los Altos Mirandinos Cecilio Acosta si existiera más allá de la producción individual resultante de sus propios trabajos de grados o tesis de doctorados,  y de la focalización de intereses en uno u otro tema determinado; y de existir la posibilidad de una comunidad investigativa, cuáles son los mecanismos institucionales que permitirían su organización y desarrollo en aras de la conformación de un centro de investigación universitario.

Ahora bien, creo que en forma inicial y antes de emprender la marcha, debemos darle respuesta a un significativo número de preguntas: ¿Persistirá el equívoco de imponer un solo método de aprendizaje y un solo enfoque investigativo a la producción de conocimientos de un centro de investigación de la Uptamca? ¿Seguiremos obedeciendo pasivamente desde la investigación y el postgrado a las “líneas” emanadas del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología el cual aspira convertir a los estudiantes de pregrado y postgrado en propulsores de soluciones cotidianas, sin proporcionarle un conocimiento claro sobre historia de la ciencia y todas las opciones epistemológicas que existen en la investigación? ¿Seguiremos prescribiendo y normando qué es y cómo se hace investigación? ¿Continuaremos asumiendo el proceso de investigación sólo como un proceso académico para conceder titulación profesional, al margen de las necesidades de conocimiento de nuestro contexto local, nacional y regional? ¿Por qué  el Proyecto Linred1 no impulsa a cabalidad una gestión programática eficaz que sea responsable de la identificación, desarrollo y solución de una gran red de problemas,  en las distintas áreas de conocimiento que administra la Uptamca? ¿Qué factores se asocian al éxito o fracaso de la actividad  de una comunidad de investigadores que aborden los problemas en redes, en distintos plazos temporales y bajo un sentido programático y un mercado de conocimientos previamente consensuado? ¿Cómo burlamos el burocratismo del Estado y a los burócratas académicos para producir conocimiento propio, fundamentado teóricamente, aplicable a nuestros contextos, y que pueda ser sistematizado para la transformación de la realidad de nuestras sociedades?

Invito a todos y cada uno de los profesores que hacen vida en esta casa de estudios a que de manera corresponsable, y con la pasión que debería caracterizar a cada académico  en el estudio integral de sus respectivas áreas de conocimiento, contribuyan a dar respuestas efectivas y eficientes a estas interrogantes. Yo doy un paso al frente.


Referencias

Bruner, J.  Desarrollo cognitivo y Educación. 2ª Ed. Madrid: Morata


____(2016) Sobre la enseñanza por proyectos. Disponible: https://www.aporrea.org/educacion/a236302.html [Consulta: 2017, Abril 29][


Vásquez, R., (2015) Gestión por Proyectos de la Investigación y el Postgrado en el Cultca. Primera aproximación a la sistematización de la experiencia. Informe de entrega Período 2012-2014. Universidad Politécnica Territorial de Los Altos Mirandinos Cecilio Acosta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario